sábado, 7 de julio de 2012
Capitulo 28 (58) 2da Temporada
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No se cuanto tiempo permanecí independientemente inconsciente.
... Cuando abrí mis ojos de una vez, estaba tirado en un mugriento piso, con la vista un poco desmayada mire a ambos lados Tayler no estaba ahí, pero no era el únicos habían 4 personas más arrinconadas en una esquina sumisas y temerosas. No recuerdo en mi vida haber visto un lugar más asqueroso que ese, las paredes parecían estar salpicadas de sangre y el piso lodoso. Clara mente mostraba no haber escapatoria ni siquiera entiendo como el aire podía entrar.
No quitando mi vista de las personas, un poco atontado trate de tomar firmeza y ponerme de pie, no sabía quién era el causante de todo eso, lo último que recordaba era ir con Tayler en el auto y un camión Habernos golpeado, ni siquiera sabía si hoy seria por fin el día de morir, o como salir de aquí, es ridículo pero ni siquiera me daba cuenta de la hora ¿Día o noche? por milagro aun recordaba mi nombre. Ignoraba la razón lo único que podía afirmar era ¡Que no era nada bueno!
Aun mi cabeza hervía. Estaba absolutamente lodoso, no tenía mi arma ni placa ¡No tenía nada más que mi ropa! Y me invadía un dolor de cabeza infernal atado a un mareo sofocante difícil de explicar, por gracia tenia la fuerza suficiente para mantenerme de pie porque en lo que conllevaba todo mi sistema estaba drogado.
¿Pero mi mayor pregunta era donde estaba Tayler?
Sin más remedio me propuse preguntar a las mujeres que ya hacían en la esquina ¿Quiénes eran? ¿Dónde está mi compañero? ¿Qué mierdas hago aquí? Retando todo su temor, no dude en preguntar.
Yo: – ¿Qué haces aquí? –Pregunte a una de ellas, pero no respondió. Insistí nuevamente- ¿Que hacen aquí?
Nadie intento responderme, más bien se ocultaron contra la pared eran dos mujeres de aproximadamente 30 años y dos niñas de quizás doce. Estaban completamente sucias, con marcas de golpes en la cara y con un miedo que se desbordaba por todos lados, los ojos temerosos bajaban la confianza ante cualquiera, las marcas de dolor se notaban a larga distancia, no tengo ni idea de cuánto tiempo tengan de estar ahí pero el trauma les desgarra la autosuficiencia.
Yo:– Esta vez me agache frente a ellos y pregunte a una de las mujeres-
¿Cómo te llamas? –No respondió, volví a preguntar- ¿Cómo te llamas?
Era en vano no decían nada, y por si fuera poco comenzó a llorar, mientras que las otras sometían su cabeza a sus rodias. Mi mente daba vueltas, no sabía que pensar, no sabía quién nos habría hecho esto, no sabía porque, me frustraba quería gritar, no era el momento pero quería matar a alguien, miraba que no tenia salía, nadie quería cooperar. Y lo peor de todo era que no sabía dónde estaba Tayler, podría estar muerto o aun vivo ¿o qué?
Tomando resignación me deje llevar por el mismo ejemplo de las mujeres, pegándome a la pared mientras me deslizaba lentamente al piso.
Me empezaba a comer esa resignación tan maldita, ese conformismo de cobarde, ¿Pero como pensar así? Con un golpe en la boca, no sabiendo donde estas, aun mas tratando con personas que no intentan ni lo mas mínimo por cooperar ¿Cómo querer luchar? Si ni siquiera se con quienes podría estar tratando.
La verdad me veía como un completo esclavo. ¿Pero qué? ¿Este ni siquiera era yo? El conformismo no es amigo de nadie.
Me puse de pie nuevamente y me acerque a la puerta, la tocaba, la miraba buscaba algún orifico donde tan siquiera pudiera ver un poco de luz.
Pero no, nada era así, mi vida, el mundo, incluso el que siempre me domina el demonio estaba contra mí. Mi desesperación llego hasta su tope que me impulso a golpear y la puerta con mis pies y cabeza, supongo que ese acto fue el que hizo que una de las mujeres por fin dijera algo.
Xxxx: ¡No servirá de nada! –Grito-
Yo: ¿Qué?
Xxxx: no servirá de nada, si quieres salir de aquí, y si lo que quieres es suicidarte la puerta no te matara te lo aseguro ¡Lo he intentado!
Yo: ¿Quién eres? ¿Qué haces aquí? ¿Dónde estoy?
Xxxx: soy Anaya, soy colombiana, y hace unos meses ellos me tienen encerrada aquí –dijo enrojeciendo sus ojos-
Yo: ¿Quiénes son ellos?
Xxxx: los capos
Yo: ¿Qué? ¿Cuáles capos? No entiendo
Anaya: son traficantes de drogas, no sé qué habrás hecho para llegar aquí, pero ha de ser algo que no les haya agradado
Yo: solo hacia mi trabajo, soy policía, me dirigía al departamento nuevamente cuando nos atacaron
Anaya: ¿Nos?
Yo: si, a mi compañero y a mí no sé donde estará el, ¡Ahora veo que es por la investigaciones! –Dije con la mirada baja-
Anaya: ellas son, Merlín y mis dos hijas, ellos nos han obligado a Merlín y a mí a prostituirnos, si nos negábamos nos matarían, a mis hijas –Introdujo llorando- las usan para la pornografía infantil ¡Malditos pedófilos!
Merlín: -hablo por fin, entre lagrimas- pero tú eres policía, nos sacaras de aquí
Yo: -Guarde silencio por un momento, mirándolas a todas llorar- No lo sé, ni siquiera se como llegue aquí
En mi mente gritaba por auxilio, y mi conciencia me decía ¡No, Bill esta vez no serás el héroe! No más, la segunda vez es mucho peor. Tocaba mi alma ver a esas mujeres llorar en especial a esa niñas tan pequeñas. Bobamente ni yo tengo la mentalidad para pensar cuanto pudieron haber sufrido todo este largo tiempo secuestradas.
Merlín: ¡Pero eres policía! ¿Alguna vez has estado en alguna otra situación así? ¡No lo creo!
Yo: ¡Créeme Merlín! He estado en peores
Anaya: si has estado en peores, por lo menos lucha por salir
Yo: ¡He luchado tanto! Que ya ni recuerdo como se hace
Anaya: ¿Tienes hijos?
Yo: ¡No!
Anaya: yo sí, y no tienes idea de cuánto llevo gritando, llorando, peleando –Dijo rechinando los dientes- Para que tan siquiera mis dos niñas salgan de este lugar.
Yo: yo, ¡No soy su héroe lo lamento!
-Dije, cuando se abrió la puerta, no me demore ningún minuto en ponerme de pie.
Entro un tipo alto, de algunos 100 kilos, moreno, con un arma en su mano derecha y lo que parecía ser mi placa en la izquierda. Sonrió al verme devastado, sucio como un maldito basurero.
Xxxx: ¡órale despertaste!
Yo: ¿Quién eres?
Xxxx: José Pérez ¡Para ti! Señor oficial –Dijo caminando lento en círculos- pero mejor conocido como ¨El gato¨ orgulloso de ser colombiano. ¡Narcotraficante!
Yo: ¿Y qué mierdas quieres? ¿Dónde está Tayler?
José: ¿Tu novio? –Tiro una placa al suelo y rio- Ya lo encontraras después de la vida, para ser policía eres bastante estúpido, ¿Sabes? Hay veces en las que un hombre, con tu perfil y un disfraz de perro no debe meterse.
Yo: -recogí la placa un poco asustado- ¿Le hiciste algo a Tayler? –Pregunte con voz suave- Yo solo hacia mi trabajo y para mi nada es imposible ¡Maldito imbécil!
José: -Rio-Así es muy probable que tu ¨Compañerito¨ ya este durmiendo y ¿En verdad crees poder salir de este lugar? Todo el edificio está rodeado por miles de hombres armados.
Hooo y por lo que veo estabas hablando con la mercancía, espero no hayas tocado a ninguna porque tendré que cobrarte, ¿Sabes? Las pequeñas, son las mejores
Anaya: ¡Infeliz bastardo! –Dijo levantándose-
José: -Se dirigió a Anaya y la tomo del brazo- ¡Ya me hartaste puta! –Dijo poniendo el arma en su cabeza-
Merlín: -Grito- ¡No por favor!
Las niñas comenzaron a llorar, se convirtió en un momento de verdadera desesperación, lo era peor que no me sentía lo suficiente mente fuerte como para ayudarla, todo mi sistema estaba entorpecido. Y como hacer algo era el momento imposible.
Yo: suéltala José, si la matas ya no ganara dinero para ti
José: tu cállate –Grito- ¿Qué hago? Ni siquiera soy yo el que debería de estar haciendo esto.
Yo: Suéltala entonces –Grite-
Eso hizo que decidiera apuntarme a mí con la maldita pistola a una distancia de 2 metros, mientras a Anaya la sujetaba del cuello. Sus hijas tiradas en el piso lloraban desesperadamente.
José: ¡Me arte de ti! –Empujo a Anaya al piso- Y de ti también
–Replico Mientras aun me apuntaba con su arma-
Yo: ¡Deberías matarme de una sola vez! ¿Por qué eso es lo que ustedes hacen? ¿No? Aparte de traficar droga y personas, también matan gente. Mátame –Grite- antes de que logre lo que nadie ha logrado
José: está bien, solo que de eso no me encargo yo –Dijo tomando su comunicador- {Envíame a dos hombres por favor y que sea rápido idiota} –“Si jefe” –Dijo la voz por el comunicador-
Ok. Señor policía, mis caballeros ya vienen por usted, lamento informarle que terminara con las personas de estas fotos –Tiro la cámara digital al piso- No olvide saludarme al diablo en el mas haya –Dijo pegando el último disparo en la cabeza de Anaya, mientras daba la simple vuelta y se marchaba-
Los gritos de Merlín y las pequeñas no demoraron, sus hijas gritaban en llanto ¨Mamᨠsubiendo encima de ella, pero ya un diminuto rillito de sangre corría por el piso, fue indígnate <<Y vaya que lo diga yo>> Y como siempre lo he dicho en menos de un segundo la mente mas astuta puede actuar ¡Ósea la mía! Antes de que el maldito narco saliera me lance sobre él, para intentar quitarle el arma. Se creó un relajo descontrolado una pelea de manos por una vieja quita vidas. Puedo decir que completamente lo confronte hasta el punto de que mi debilidad física se hizo presente y aquel hombre armado me golpeo un poco más arriba del estomago, por lo tanto me hizo caer al piso y las patadas no demoraron en llegar.
José: ¡Maldito! Ya te dije –Grito dando las bruscas patadas- que solo saldrás muerto de aquí, al igual que todas estas putas –Dijo mirando a las mujeres-
Justamente llegaron los sujetos a los que llamo José. Dos tipos alto, caucásicos con unas enormes escopetas. Pude oír perfectamente como dijo ¨Ya saben qué hacer con el¨ mientras se largaba. Los dos grandes hombres me jalaron del piso y a empujes me llevaban no se hacia donde. Lo simple en mi boca me hacia escupir, lo que era pura sangre.
Ahora si estaba en el momento de mi vida donde para el príncipe le había llegado su hora de decir ¨Adiós para siempre¨ estaba casi muerto, era un cadáver caminando, jamás pensé que podría terminar así, lo peor fue que jure algo que nunca podre cumplir, todo lo que prometí era muerte, que quedara impune, juramentos frustrados, pero ¿Ahora qué puedo hacer? Mi certificado de nacimiento solo decía ¨Nacido el 1 de septiembre de 1989. Pero traía la fecha de mi muerte, estoy seguro de que hoy la podría marcar.
Unos pasos después a golpes y empujes llegamos a lo que era una habitación, con ganchos en sus muros y mantos de sangre en el piso, sangre elástica llena de gusanos. ¡Fantástico! Mi cadáver caerá en lo más asqueroso.
Uno de los sujetos me topo a una de las paredes con vista directa hacia la puerta ¡No sé cómo podía mantenerme en pie! Los dos se colocaron a una distancia considerable de aproximadamente cuatro metros lejos de mí, alzaron sus escopetas apuntándome directamente. Supe que era el momento de mi ejecución, no hice más que serrar mis ojos y esperar el impacto…
Pero ¡Como dicen por ahí! ¡Los malos son los últimos en morir! Escuche disparos, pero no de escopetas, inmediatamente abrí los ojos. Y todo dio un giro de 360° Quienes dispararon fueron los policías del departamento, mis colegas de trabajo. No sé en qué momento llegaron ni como lo hicieron, pero hirieron a los dos hombres que estaban a punto de ejecutarme.
Xxxx: ¡Bill! –Grito un policía- Ayúdalo –Grito al otro-
No demoro ni un segundo en auxiliarme. En todo el edificio se había armado una guerra, policías contra narco traficantes. No podíamos salir de ahí las balas volaban por todos lados. Charlie el policía que me auxilio trataba de que no serrara los ojos.
Al fin de tanto no se cuanto duro la batalla, ahora solo podía ver y escuchar a las personas en ese cuarto de ejecución. Percibí como me subieron a una camilla y me sacaron del edificio, afuera estaban todas las caras familiares que no creí que volvería ver. Estaba esa noche estrellada que no que jamás me volvería a bañar .
Llevaban a José esposado, junto a 3 personas más, Merlín y las pequeñas están sentadas en el borde del Pickup de Girola llorando claramente y por suerte mi compañero aun seguía hay ¡Taylor aun está vivo! ¡Al verme! Corrió a mí
Yo: ¡Estás vivo!
Tayler: ¡Sí! Solo golpearon mi brazo y cabeza. ¿Dónde estabas?
Yo: ¡Lejos de ti! Mataron a la madre de las niñas frente a ellas.
Tayler: si, están sacando su cadáver ¡Fuiste el héroe nuevamente!
Yo: no, yo no hice nada, estuve a un segundo de morir, no sé cómo llegaron aquí.
Tayler: la suerte está contigo. –Dijo despidiéndose-
Era el momento de subirme a la ambulancia, cuando Girola se hizo presente.
Girola: permíteme –Dijo a la enfermera-
¿Oye como esta?
Yo: ¡Como un muerto viviente!
Girola: ¡Creo que llegamos justo a tiempo!
Yo: ¡No la mataron antes!
Girola: hooo. Si lo de la madre de esas niñas, atrapamos al jefe de los narcos. Nunca pensé que sucediera algo así
Yo: ¿Pero cómo fue que llegaron?
Girola: la chica rubia no llamo
Yo: ¿Qué? ¿Qué chica rubia?
Xxxx: ¡Yo! –Dijo apareciendo de la nada-
Yo: ¡Taylor! –Dije, si ella la misma periodista que conocí hoy- ¿Qué? ¿Pero cómo?
Taylor: cuando el camión impacto su automóvil, mi camarógrafo y yo vimos como los sacaron, los secuestraron a ti y tu amigo, estábamos estacionados en nuestro auto. Y no dudamos ni un segundo en llamar a la policía. Ellos actuaron lo más rápido por lo que veo
Yo: ¡Muchas gracias!
Taylor: no es nada –Dijo mordiéndose los labios-
Girola: de no haber sido por ella creo que ya estarías muerto.
Yo: ¡Supongo! –Dije mirando a Taylor
Girola: Ok. –Suspiro- Bien llévenselo –Dijo a los enfermeros-
Me colocaron el oxigeno, eso me durmió y en marcha directo al hospital.
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