sábado, 7 de julio de 2012
Capitulo 18 (48) 2da Temporada
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Que frustración más grande ver como Tayler trataba de derivar a mil golpes la puerta de metal, era un lugar sin salida, un lugar donde tan solo el olor nos mataría, ¿Qué podía hacer? Más que golpear la puerta y gritar que alguien abriera.
...
Yo: ¡Abran la puerta!
Tayler: nadie abrirá, porque esa perra es quien nos encerró aquí, y vimos no hay nadie a más de 1km de aquí, -Grito- ¿Y escuchaste lo que nos avisó? Nos matara somos los próximos
Yo: eres un idiota, ¿Cómo te atreves a dejar el comunicador y el arma en la patrulla?
Tayler: si, Bill yo sabía que nos secuestrarían –Dijo irónicamente- Discúlpame por no ser clarividente
Yo: ¡Ya cállate! Y ayúdame a encontrar una salida
No hay que decir aun nos refugiábamos tras la puerta, tome la iniciativa de explorar por todos lados con la esperanza de encontrar algo que nos sirviera.
Esas mugres paredes estaban bacías pero salpicadas de sangre, los únicos dos cubículos mohosos, la sangre coagulada no luce tan bien, ¡Estábamos sin salida, sin más! Mi rostro de decepción expresa mi furia desembocada, Tayler se mostraba aun mas perdido que yo.
¿Cómo saldremos de aquí? No puedo hacer nada, el riesgo que siempre esquive me ha acorralado, si me encontrara solo los papeles cambiarían. No puedo actuar conmigo esta Tayler.
Golpeaba mis manos ante mi rostro y suspiraba con decepción, pero algo llamo mi atención de manera muy sutil, los quejidos y lloriqueos de alguien llegaban suavemente a mí
Yo: ¿Tayler escuchaste eso?
Tayler: ¿Qué? Lo único que escucho es el crujir de mis huesos
Yo: ¡Cállate! Y escucha cuidadosamente
Los pujos de pena crecían auricularmente, parecía los resonancia de una mujer, instantáneamente supe que había alguien más. Tayler por fin callo su angustia y decidimos echar un vistazo hasta el final
Tayler: ¿Hay alguien aquí? –Grito a tan solo 30cm del último cubículo –
Al llamado nadie contesto pero los gemidos tomaron más fuerza. Tayler me indico que nos asomáramos. Con la curiosidad hasta el cuello, miramos una mujer casi desnuda sentada en el piso, llorando suavemente, postrando su cabeza a sus rodias y su blanca piel raspada. Ella levanto la mirada e inmediatamente se contramino aun mas contra la pared, fundiendo sus ojos con temor y gritos
Xxxx: ¡Aléjense! ¡Aléjense! –Grito asustada-Aléjense de mi
Tayler: ¡Tranquilízate! –Expreso tratándose de acercar a ella-
Xxxx: ¡No! No te acerques –Grito nuevamente mostrando un cuchillo-
Yo: ¡Cálmate, queremos ayudarte! Somos policías
Xxxx: el quiere matarme, tan solo vine a tomar fotos y esa mujer me encerró aquí desde ayer –Murmuro llorando aun en el piso-
Yo: levántate ¡Confía en nosotros! –Dije extendiéndole mi mano-
Xxxx: ¿Cómo podría confiar en ustedes?
Yo: porque nos encontramos en la misma situación
Aquella mujer se puso de pie tratando de cubrirse con la poca ropa que tenia, sus ojos estaban hinchados y su cabello castaño completamente mojado.
Xxxx: ¿Cómo saldremos de aquí? El ya volverá y nos matara, mato a los demás policías de una manera tan sádica, luego dijo que volvería por mí
Muñeca si supieras que ¨Sádico¨ es mi segundo nombre, no existe poder al que pueda temer, tan solo problema en el que me vea atrapado, y este es uno de ellos.
Tayler: ¡No se qué hacer! ¡No se qué hacer! –Repitió rascándose la cabeza-
Yo: -Mirando hacia el techo recordé algo- ¡Escúchame! –Dije a la mujer- ¿Tú tienes un cuchillo verdad?
Xxxx: si, fue lo único que encontré al llegar. A por cierto mi nombre es Mischa
Yo: bien Mischa, -Dije tratando de pensar rápido- dame ese cuchillo-
Mischa: ok. ¡Toma!
Yo: ese cerdo de mierda, ya vendrá y por favor cuando él entre…
Algo haya afuera no dejo terminar mi frase, se escucho el estruendo de algún choque, no tenía idea de lo que pudo haber sido.
La puerta se abrió lentamente poniendo a Mischa más temerosa y a Tayler alerta
Yo: -Jale a Tayler- tratare de distraer al cerdo por favor corre a la puerta-
Tayler: Pero…
Yo: ¡Corre a la puerta! –Grite impulsivo-
No tenía idea de cómo formar una distracción pero sabía que algo tendría que llegar a mi cabeza en menos de 5 segundos. Darwin entro con cuchillos en mano, tan solo nos observaba a los tres desde la puerta con una risa burlona nefasta. Movía su cabeza de lado a lado dando grandes pasos mientras lo único que podíamos hacer era retroceder.
Darwin: ¡Vaya! ¡Vaya! Dos policías maricas y una reportera. Triple premio ¿No? ¡Veamos por quien empezaría!
Yo: harás lo que te indique en el momento adecuado –Murmure a Tayler- Mischa solo quédate tras de mi
Mischa: ¡De acuerdo!
Yo: ¡Bien! Darwin –Dije con toda libertad- ¿Por cuál de nosotros empezaras? Mmm ¡No eres un asesino! ¿Quién te dijo eso? Tan solo eres un obeso grotesco al que ya le llego su fin, ¿No encontraste el camino de regreso a Estados Unidos? ¿Qué te paso Darwin? ¿Tu cicatriz del ojos derecho no te deja ver el camino a U.S.A. parece una cortada de tercer grado que te hizo tu padre? si el que tienes por todos lados ¿Te preguntas como lo sé? Pues porque él me lo dijo el está aquí, estuvo en todas las carnes que arrancaste, ¡Tu madre llora! y se pregunta ¿Por qué la mataste? ¿Por qué le hiciste eso?
Dije muy seguro de mis palabras, creo que logre intimidar al grandote, por más fuerte que alguien parezca tiene un punto tan débil que le podría hasta hacer llorar. Y el pendejo gordo no era la excepción, logre borrarle la sonrisa de su feo rostro, pero al parecer mis palabras lo golpearon más que un autobús en marcha creando un punto que sin pausas se abalanzo sobre mí, fue la señal para que Tayler huyera al auto. Lo único que pude hacer fue toparme a la pared viéndole con grandes ojos. En verdad era el cuartuple de mi peso y casi el doble de mi estatura.
Tayler logro salir, mientras Darwin tomaba mi cuello, me sometía casi levantándome del piso ¡No tenía la trama, no tenía un arma, no tenía nada! Mire como la intensión creció y estaba a menos de un segundo de atravesarme el pecho con un cuchillo para cortar carne. Pero de improviso Mischa incrusto algo en la espalda de Darwin, eso hizo que perdiera su concentración en mí dejándome caer directo al piso, Mischa agrando sus ojos votando el cuchillo con lentos pasos hacia atrás mientras Darwin caminaba a ella.
Darwin: maldita perra.
Mischa: ¡No! –Dijo de retroceso-
Todo parecía la película de acción que jamás logre filmar, mucha acción pero sin ficción, muchos lamentos, sin risas.
Aun no podía ponerme de pie, no dejaba de toser, es mas por si fuera poco mi boca comenzó a sangrar descontroladamente. Todo era euforia no podía ayudar a Mischa. Pero al virar mi mirada hacia la puerta el auto se estrello contra ella golpeando de costado a Darwin que penosamente callo al piso
No sé como Tayler lo hizo, pero lo hizo, era el momento de huir, ellos corrieron a mí para tratar de apresurarme antes de que Darwin reaccionara.
Tayler: vamos Bill. Por Dios esto es de película –Dijo alborotado-
Mischa: tu boca no deja de sangrar
Si, todo eso ya lo sabía, lo único que quería era llegar al maldito auto rápido. Era la hora de conducir que mal plan, no podre hacerlo
Tayler: ¡Demonios! ¿Quién conducirá?
Mischa: yo lo hare.
Es la mujer más valiente que haya visto jamás, todo parecía estar teniendo una luz, pero no es tan fácil salir del meollo tal y como lo pintan, ahora nuestro enemigo era el fango apestoso que había estancado los neumáticos, los arrancones no ayudaban, el lodo se había tragado los rines, la angustia volvía y también Darwin.
El gigante se estaban poniendo de pie nuevamente y esta vez mucho mas enojado, aunque quisiera no podía ayudarles estaba por completo a la deriva justo en medio de ellos dos, con los ojos virados hacia todos lados, me sentía impotente un debilucho ¿Bill el debilucho? ¡No puede ser! Pero como luchar contra mí mismo, sentía estar perdiendo la conciencia a kilómetros escuchaba los gritos desesperados de Mischa y Tayler, viendo los lentos movimientos desesperados por que el auto arrancara, pero en una ligero avistamiento a la ventana derecha visualice perfectamente la silueta de Christina mirándome directa, sus ojos lucían profundamente rojos, pero fue ese el instante donde el auto por fin arranco.
Darwin quedo repletamente pasmado en medio de la destrozada puerta levantando el cuchillo, que irónico y que indignante saber que al ya ir saliendo del terreno los poderosos refuerzos se hacían presente, la sirena escandalosa irrumpía los agobiantes jadeos.
Desde el punto en que nos “Ayudaron” bajaron y según ellos rescataron, no recuerdo más el suceso, nada más que haber sido llevado en una camilla con oxigeno en el rostro, los mas conllevan te era que mientras me movían hacia la ambulancia veía el rostro de Tayler y dos más… El de Christina y mi hermano, si el de Tom, frente a mí aun entrando a la camioneta Christina desapareció y él seguía conmigo, cuando rotundamente mis ojos se cerraron.
¡Tom! ¿Por qué Tom? A él lo odio y espero él a mi también debe saber que llegare a los Ángeles solo por su cabeza.
Sé que está haciendo algo, se estará burlando de mí. Lo hace, siempre lo hace
Los Ángeles U.S.A.
Maldito, maldito Tom.
Tom: ¡Dios! –Despierta alebrestado a las 2 de la tarde junto a su nueva novia Taylor, ramera abstracta -
Taylor: ¿Qué sucede?
Tom: -Mira el piso- ¡Soñé con Bill!
Taylor: ¿Qué? –Pregunto despistada-
Tom: acaba de sucederle algo, lo siento, puedo sentirlo
Taylor: esa es la conexión extrasensorial, porque aunque tu hermano te odie está conectado contigo ¡Es tu gemelo!
Tom: ¡Lo sé!
Siguió mirando desconcertado ¿Cómo puede ser que a pesar de tanto odio mi alma con la de el estén conectadas? Como sea ¡Lo odio! Y ese es un sentimiento que nadie cambiara.
La muerte rondaba en mi pero logre mostrarle mi cara firme y hacerle saber quién manda, esta mañana tan solo desperté en una camilla de hospital vestido de blanco, con agujas conectadas a mi brazo ¡No creo que lo me sucedido haya sido tan drástico! Para tomar esta forma tan exagerada.
Mire por toda la habitación muy clara, habían flores en una mesa, eran claveles. Pude visualizar a alguien observándome atravez del cristal flácido de la ventana. Parecía ser una mujer, no parecían ser varias personas. Me sentía muy inquieto e inmediatamente me senté sobre la cama. Con una enorme sonrisa las personas a las que he mentido entraron esta demás decir que ¡Ellos me han dado su aprecio! Polly, Tayler inclusive el gruñón de Girola la hipócrita de Marie y la última persona que conocí Mischa.
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