sábado, 7 de julio de 2012
Capitulo 17 (47) 2da Temporada
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Alzando mis ojos a ambos lados, previne que alguien a la deriva presenciara mi acto, el poli era alto y pesado así que con todas mis fuerzas lo guarde en la cajuela de mi auto como un trofeo nuevo.
...
Sí, estoy de vuelta, el tiempo no es basto pero ya regrese a mí.
Subí muy tranquilo, pero me preguntaba ¿Dónde llevaría mi presa? Mmm creo que lo pase por alto el deseo era más fuerte que la razón. Pensaba, concluía y volvía a pensar mientras mis manos se concentraban en el volante.
¡Lo tengo! Iremos al sótano.
Fue la única grata idea que llego a mi mente, es muy conveniente ese lugar está lleno de tantos objetos fascinantes y para finalizar el placentero hecho iremos al pozo que se encuentra en el bosque camino al trabajo.
No miento iba feliz, llevaba, una presa un trofeo, un premio en mi auto, ya estaba ansioso por sacarle las entrañas. Es asqueroso lo sé y perdón por no ser como la escoria social, por no manejarme como el títere sin mente propia que manipulan a su antojo con propaganda ciudadana mesclada con vida, con libertad y todo lo demás, no justifico que lo que haga sea bueno, pero si me hace bien a mi es algo saludable ¿No? Es mi libertad de expresión.
Estacione fácilmente el auto tras los basureros del apartamento, corrí a sacar mi obsoleta persona del baúl. Mis hombros al filo y mis fuerzas al tiro, arrastre el cuerpo hasta el sótano logre acomodarlo sobre una mesa antigua de madera, era hora de jugar.
Los cuchillos estaban perfectamente alineados en la pared y el plástico para la sangre en el piso, como si fuese un matadero, aunque no es el lugar más seguro y como ya lo he dicho nada vale el riesgo de ser descubierto.
Comencé a sacar todos los papeles de su ropa y los arroje, solo sabía que era un oficial lo demás no me interesa.
Con una aguja para inyectar penetre su cuello blanco hasta llenarlo de liquido para embalsamar, eso hiso que el gimiera y lento reaccionara, abrió sus ojos pero no podía hablar, el silencio total de esta habitación es grato y se agradece, puse mi rostro frente al de él colocando mi dedo en mi boca en señal de silencio sus ojos me recorrían y sus pupilas temblaban.
No podía demorarme demasiado se hacía más tarde.
La línea recta que recorre tu cuerpo comenzando desde la garganta terminando en tu vientre es la manera que yo uso para ver brotar sus tripas, es más dolorosa la tortura, que la muerte directa.
Con un fascinante cuchillo negro y con mi mano en su boca, corte lentamente su cuello, hasta que la sangre callera gota por gota sobre el plástico en el piso, sus quejidos se perdían su sufrimiento era agudo. Eso, eso, es lo que quiero, todo su rostro se estaba volviendo blanco sus ojos se estaba serrando, la cabeza ya no tenía sentido, la desgarre absolutamente de su tronco la coloque en una bolsa negra mientras seguía cortando sus otras extremidades, dedo por dedo, brazo por brazo, todo parece la escena macabra de una película sádica.
Me decidí a sacar la cabeza y contemplarla en mis manos, era un hombre de aproximadamente 40 años. Su cuerpo estaba despedazado por todo mi alrededor, el olor que despedía su sangre era más especial que el de los demás, sus ojos aun estaban hay eran algo que esta vez no tomaría, observaba su rostro exacto moviendo mi cabeza a los lados.
¿Me pregunto que hay después de la vida? Esa es una pregunta que todos nos hacemos la respuesta nunca la sabremos, es una pena perder la cabeza en tu trabajo.
Rasguñaba la bolsa con el cuerpo de aquel hombre cuando escuche que alguien haya afuera caminaba, eso puso mis sentidos alerta, me asome a la ventana pero solo era un hombre escudriñando en la basura, inmediatamente supe que era un indigente.
Para sintetizar la historia termine mi trabajo, con el policía hecho picadillo tan solo me tomo unas horas. Lave las sangre de mis manos y Salí con la bolsa hacia mi auto el cuerpo se iría directo a un pozo profundo.
En ese lugar el viento soplaba más fuerte las copas de los arboles eran más rebeldes y el viento erizaba mi piel, la madrugada lucia su más cálido rostro, pero la oscuridad siempre esconde algún sucio secreto y el que resguardaría esta vez sería el mío.
Pensaba mientras caminaba entre hojas secas hasta llegar al pozo donde deje ir la bolsa negra con carne, con ex vida. Ese poso reguardara mis victimas hasta cuando más pueda.
En resumen regrese satisfecho al sótano a limpiar las salpicaduras de sangre y colocar las cosas en su lugar.
Todo marcho como siempre la hora de ir al trabajo llego.
Girola se encontraba en el estacionamiento hablando con otro policía, mi miro y sin más se despidió de hombre para llegar a mi
Girola: ¿Estáis listo ya? ¡Demonios! Ya te viste en un espejo, parecéis que no habéis dormido en dos meses
Yo: tuve una mala noche –Exprese mientras entrabamos-
Girola: ya saben qué hacer, son investigadores y todo lo que creáis que sea evidencia debéis traerlo
Yo: ¡Claro!
Girola: ve donde Marie para que te entregue las llaves del auto.
¿Ir donde Marie? ¿Por qué? ¿Por qué esa mujer me odia tanto?.
Suspirando y virando los ojos llegue a la oficina de mi antipática enemiga sin justificación, con ella estaba Tayler ¿Hace falta decir que estaban peleando?
Tayler: ya te dije que me des la lleves del puto auto
Marie: lárgate Tayler, eres un imbécil que no sabe conducir, no te daré nada.
Yo: dámelas a mi Marie –pase he interrumpí-
Marie: hooo bien –Dijo molesta-
Tayler: entrégaselas rápido ¡Puta! –Replico riendo mientras tronaba los dedos-
Yo: hooo ¡Vamos! Tayler ¿Puta?
Tayler: eso es lo que es.
Marie: toma las llaves, -Grito molesta- solo espero que te estrelles en un maldito muro
Yo: gracias, -reí-
Esa mujer es mi desgarre de paciencia, es mejor que me controle o un día de estos… olvidare que es mujer.
Los pasillos hacia la salida estaban mojados con señales de piso, la gente era tan boba que creían valer el riesgo lo único que conseguían era caer como pez fuera del agua, era algo de lo que no podía evitar reír.
El nuevo auto era negro sin letras con tan solo una sirena arriba era perfecto aun mejor que el antiguo. Comenzamos la ruta. El camino no presentaba ningún interviniente ni nada por el estilo por gracia de Dios Tayler iba centradamente dirigiéndome en la carretera, Múnich era una ciudad que no conocía lo suficiente. Aunque la verdad ¡Llevo un mal presentimiento!
Creo que íbamos saliendo de tanto rascacielos debido a arboles por doquier, marchábamos en una calle recta de una sola vía.
La tranquilidad que llevábamos era total mi vista no se despegaba del camino, pero al tener que virar a la derecha una chica con una mano enfrente simulando una señal de ¨Detente¨ ya hacía en medio de la calle, eso hizo que frenara inmediatamente provocando que el café que llevaba en los portadores callera encima de Tayler
Tayler: ¿Pero qué demonios? –Grito sacudiéndose-
Yo: ¡Perdón! –Dije mientras miraba al frete pero no había nadie-
Tayler: ¿Por qué paraste?
Yo: yo, creí ver algo
Tayler: ¿Qué?
Yo: nada olvídalo
Tayler: hiciste que el café me manchara
Yo: en verdad lo lamento
Tayler: ¡Ya que! Solo sigue conduciendo
Tayler se enfado conmigo y no era para menos, pero ese no es el punto me pareció ver una mujer en medio de la calle, no sé qué habrá sido.
La verdad no tome mucha importancia a esa aparición y seguí en tan solo unas horas ya estábamos en ese lugar.
Bajamos pisando el lodo negro por la lluvia nocturna del campo, muy cerca tan solo lograba visualizar una casa deteriorada con un cuarto degradado al lado
Tayler: ¿Crees que ese sea el matadero?
Yo: supongo, pero siento que algo no anda bien
Tayler: ¿Qué? Solo haremos esto y nos iremos
Yo: si, olvídalo vamos
Tayler golpeo la puerta de la casa negra. Inmediatamente escuchamos la vos grotesca de un hombre
-¿Quién es? –Grito
Tayler: departamento policial –Respondió con otro grito-
Xxxx: ¿Qué quieren?
Yo: abra la puerta por favor
Xxxx: ¿Enséñenme sus placas? –Dijo mientras abría-
Yo: ¡Aquí esta!
Whooow era un hombre gordo, blanco, enorme, con una vandana en la cabeza, una gabacha realmente asquerosa y guantes en las manos, repugnante a simple vista
Tayler: señor Darwin venimos a hacerle una inspección a su rastro
Darwin: ¿Mas policías? ¿No les bastan todos esos hijos de su puta madre que tienen vigilándome las 24 horas del día?
Yo: ¡Como sea! La haremos quiera o no
Darwin: tú cállate niñito, sabrías que con solo abrir la boca podría comerte
Yo: puede intentarlo –Grite enojado-
Tayler: nooo –Dijo previniendo- Bill no vinimos a pelear, por favor señor tenemos que hacer nuestro trabajo
Darwin: mmmm –mascullo con un ronquido- está bien. Dánaeeeee –Grito- mujer buena para nada lleva a estos policías al matadero y apresúrate que ya quiero trabajar
Yo: ¿Qué es lo que mata hay?
Darwin: ganado, vacas, puerco
Yo: ¿Solamente?
Darwin: ¡Claro que sí! –Ronqueo-
Dánae llego era una mujer torpe vestida como en el tiempo medieval, rubia con trenzas y un largo vestido blanco
Dánae: ¿Si?
Darwin: lleva a estos, por el matadero, echaran un vistazo ¡Ya sabes que hacer!
Esa mujer nos guio hacia el lugar, abrió la puerta para que entráramos las paredes despedían un olor tan feo, había sangre por todos lados, ¨Dánae¨ reía como torpe lo cual no me daba buena espina.
Sí, todo dio un giro de 360°.
La subordinada del gigante gordo serró la puta puerta dejándonos adentro.
Tayler: ¿Qué diablos?
Dánae: ahora se quedaran hay hasta que aprendan a no mezclarse donde no les incumbe
Yo: ¿Qué? La puta madre abre la maldita puerta –Grite mientras golpeaba-
Dánae: no, pagaran, pagaran esto, se morirán de la manera más repugnante
Yo: ¡Hija de puta! –Grite con mí ser-
Tayler: ¡Nos encerró porque nos matara! –Dijo angustiado- Nos matara –Repitió-
Yo: ¡Cállate! Nadie nos matara ¿Traes contigo tu celular?
Tayler: ¡Quedo en el auto! ¿Cómo pudimos caer? Ahora nos torturaran
Yo: nadie nos hará nada, ya cállate –grite molesto con una mescla de desesperación.
Dios mío, no puedo creer que haya caído, ¡Estamos atrapados aquí! Desde un principio debí saber que nada pintaba bien, este lugar no tiene salida, no siento miedo lo que siento es frustración, está confirmado en este rastro no se mata ganado se matan personas, y al parecer somos los próximos…
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