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Con todo lo que tenga no me importa nada ni nadie, total están aquí porque un verdadero problema mental, un caso muy diferente al mío. No es mentira que ya no puedo esperar más para que llegue el momento de huir. Ahora más que nunca se que todo lo que conocía a cambiado he empezado un nuevo ciclo en mi vida, mi meta es ser más completo.
...
Lo que tuve fue, paso y nunca volverá sin embargo existen cosas que no podre dejar al olvido, ejemplo de ellas son Tom y Simone entre otras. Todavía recuerdo el día que en la cárcel mi propia madre me grito que no me quería, que prefería a mi hermano, que ella solo quería uno, no dos.
Pero en unos minutos estaré fuera y mi meta la he plateado ¡Encubrirme para dar con ellos, matar a mi sangre, pensar en deshacerme de mi madre! Los odio tanto, mi desgracia es culpa de ellos, mi vida es culpa de Simone. Me conforma analizar de qué manera los asesinare, veinte puñaladas o veinticinco disparos no serian suficiente.
Hoy lo que tengo es lo que vivo y lo que vivo es lo que soy y lo que soy es lo que hare.
Seguía pensando mientras miraba la tv. Veíamos un canal de cocina me concentraba en notar como el chef cortaba la carne con tanta finesa era delirante. Gary estaba por ahí cerca de la ventana, es tan suertudo este día se larga, aunque no me quejo yo también lo hare solo que de manera diferente, tengo cerrillos una pistola silenciosa PSS. La maldita droga que me ayuda a controlar el temperamento, es justo lo que me hace falta creo que ya no puedo vivir sin ella.
Escuche que el doctor llamo a Gary, era su momento de marcharse, fue entregado a unos guardias que lo encaminaron, tan solo me sonrió y levanto su pulgar, igual creo que era mi oportunidad ya que necesitaba las llaves de la bodega donde están guardados los Alcoholes amílicos. Tenía una estrategia para acercarme.
Me incline en el piso y grite con agresividad, me jale el cabello y empecé a dar me golpes con la frente en la pared, este hecho me hacía ver ridículo pero solo era show. El mismo doctor corrió para tratar de detenerme ya que mi acto alteraba a los de más y pronto se armo un desorden en la sala, me levante mientras que el médico me jalaba y logre quitarle las llaves. Fue fácil aunque ya sabía que vendría luego de mi show que es el encierro nuevamente.
Qué ironía pero paso justo como lo predije solo que esta vez no eran enfermeros sino guardias de seguridad que bruscamente me arrastraron hasta el cuarto oficial de mi absurda demencia, el problema para ellos era que no contaban con mi astucia más bien con lo que tenia, ya conocía bien cada centímetro del edificio en los pasillos nos existen cámaras y los encargados de la seguridad son cuatro nada más. Acababa dos me faltan dos.
Me empujaron a la habitación e hicieron lo que necesita para acabarlos, me tiraron al piso y venían con sus bastones a golpearme como perro nuevamente ¡Pero no pasaría más! saque de la bolsa que guardaba entre la camisa el arma ¡Me habían entrenado en saber cómo actuar! Desde el piso hasta retomar la postura firme, les apunte.
-cierren la puerta –dije con el arma en las manos-
-¿Qué? –Emitió asustado uno de ellos- ¿De adonde sacaste eso?
El señor bajo un poco sus intenciones malas ¡Normalmente pelear con un “Loco” no es saludable!
-que cierres la puerta demonios –respondí con un grito-
Uno de ellos la empujo con él pie y automáticamente se en trancó, el color de sus rostro cambio y con cualquier movimiento no duraría en disparar
-¡Veamos! –Introduje- ¿Quién será el primero? Oigan ¿Qué pasa con ustedes? No veo sus armas –es verdad no llevaban nada de eso ¿Qué demonios se suponen que son?- ¿Cómo se atreven a usar ese uniforme y no portar aunque sea un miserable cuchillo? Me lo hacen más fácil –Confesé-
-escucha –dijo uno de los dos señores de la seguridad entre dientes- vaga esa pistola ¡Ya! en verdad solo hazlo, no te haremos daño somos dos, te ayudaremos
-¿No te haremos daño? –Dije con tono burlón- No se muevan o aprieto el gatillo no lo duden, lamento esto para ustedes pero ninguno saldrá de aquí, no importa lo que diga, ¡Hoy morirán! ¿Saben con que pagaran la sangre? Con más sangre.
Era mejor que guardara el parloteo para después. El tiempo es oro, actuar de manera rápida es lo que hace que las cosas como estas valgan a para un asesino mas la pena.
¿Quién sería el primero? ¿El más alto, o más bajo?
Jamás desde hace mucho tiempo me había sentido tan vivo como en ese momento he cambiado el cuchillo por un arma, es mucho mejor compinche al poner en práctica su maravilloso propósito.
Pero escuche gritos afuera y volví la mirada hacia la puerta, sin embargo ese error me pudo haber costado el momento, ¡Claro! Resulto siendo al revés. Uno de ellos dio un movimiento en falso lo cual lo líquido vi exactamente como venía en mi dirección, no dejándome otro remedio más que disparan justamente en la cabeza, el sujeto numero dos corrió con la misma suerte, sin remediar ni una palabra hice penetrar otra bala en su pecho
A pesar de que esa bala en “Pecho” encajo perfecto aun seguía vivo, me limite los pasos acercándome a él, mi posición desde su cabeza hasta la mía era asombrosa, la sangre le salía por el orificio, probablemente estaba agonizando, me di la libertada de agacharme para deleitar mejor su rostro de sufrimiento ¡No dije nada! Pase la mano derecha en la herida y probé la sangre ¡Sabia Excelente! Pero no había oportunidad para seguir perdiendo mas el tiempo. Coloque el arma directo en la cabeza del señor y acabe con su sufrimiento a quemarropa.
Me aparte y demore por lo menos diez segundos en pensar concretamente. La meta era encendiera el edificio, tenía ya tanto meses planeando ese atentado. La oportunidad al fin se había presentado y comenzado, el siguiente punto en la lista era salir. Sin embargo antes de abrir la puerta una voz se deslizo por él pálpito consecuente de mi cerebro.
-¿Qué has hecho? –Pregunto- Evidentemente era Christina-
-vete, tengo asuntos que hacer –respondí-
-¿Por qué no me lo dijiste? –replico molesta-
-no tengo porque pasarte un informe de lo que pienso, por favor si no quieres que tenga piedras en el camino, vete, regresa luego si quieres, pero en este momento… Solo vete por favor
Uff la mujercita acato mi mandato ¡No la escuche más!
Pero en unos minutos estaré fuera y mi meta la he plateado ¡Encubrirme para dar con ellos, matar a mi sangre, pensar en deshacerme de mi madre! Los odio tanto, mi desgracia es culpa de ellos, mi vida es culpa de Simone. Me conforma analizar de qué manera los asesinare, veinte puñaladas o veinticinco disparos no serian suficiente.
Hoy lo que tengo es lo que vivo y lo que vivo es lo que soy y lo que soy es lo que hare.
Seguía pensando mientras miraba la tv. Veíamos un canal de cocina me concentraba en notar como el chef cortaba la carne con tanta finesa era delirante. Gary estaba por ahí cerca de la ventana, es tan suertudo este día se larga, aunque no me quejo yo también lo hare solo que de manera diferente, tengo cerrillos una pistola silenciosa PSS. La maldita droga que me ayuda a controlar el temperamento, es justo lo que me hace falta creo que ya no puedo vivir sin ella.
Escuche que el doctor llamo a Gary, era su momento de marcharse, fue entregado a unos guardias que lo encaminaron, tan solo me sonrió y levanto su pulgar, igual creo que era mi oportunidad ya que necesitaba las llaves de la bodega donde están guardados los Alcoholes amílicos. Tenía una estrategia para acercarme.
Me incline en el piso y grite con agresividad, me jale el cabello y empecé a dar me golpes con la frente en la pared, este hecho me hacía ver ridículo pero solo era show. El mismo doctor corrió para tratar de detenerme ya que mi acto alteraba a los de más y pronto se armo un desorden en la sala, me levante mientras que el médico me jalaba y logre quitarle las llaves. Fue fácil aunque ya sabía que vendría luego de mi show que es el encierro nuevamente.
Qué ironía pero paso justo como lo predije solo que esta vez no eran enfermeros sino guardias de seguridad que bruscamente me arrastraron hasta el cuarto oficial de mi absurda demencia, el problema para ellos era que no contaban con mi astucia más bien con lo que tenia, ya conocía bien cada centímetro del edificio en los pasillos nos existen cámaras y los encargados de la seguridad son cuatro nada más. Acababa dos me faltan dos.
Me empujaron a la habitación e hicieron lo que necesita para acabarlos, me tiraron al piso y venían con sus bastones a golpearme como perro nuevamente ¡Pero no pasaría más! saque de la bolsa que guardaba entre la camisa el arma ¡Me habían entrenado en saber cómo actuar! Desde el piso hasta retomar la postura firme, les apunte.
-cierren la puerta –dije con el arma en las manos-
-¿Qué? –Emitió asustado uno de ellos- ¿De adonde sacaste eso?
El señor bajo un poco sus intenciones malas ¡Normalmente pelear con un “Loco” no es saludable!
-que cierres la puerta demonios –respondí con un grito-
Uno de ellos la empujo con él pie y automáticamente se en trancó, el color de sus rostro cambio y con cualquier movimiento no duraría en disparar
-¡Veamos! –Introduje- ¿Quién será el primero? Oigan ¿Qué pasa con ustedes? No veo sus armas –es verdad no llevaban nada de eso ¿Qué demonios se suponen que son?- ¿Cómo se atreven a usar ese uniforme y no portar aunque sea un miserable cuchillo? Me lo hacen más fácil –Confesé-
-escucha –dijo uno de los dos señores de la seguridad entre dientes- vaga esa pistola ¡Ya! en verdad solo hazlo, no te haremos daño somos dos, te ayudaremos
-¿No te haremos daño? –Dije con tono burlón- No se muevan o aprieto el gatillo no lo duden, lamento esto para ustedes pero ninguno saldrá de aquí, no importa lo que diga, ¡Hoy morirán! ¿Saben con que pagaran la sangre? Con más sangre.
Era mejor que guardara el parloteo para después. El tiempo es oro, actuar de manera rápida es lo que hace que las cosas como estas valgan a para un asesino mas la pena.
¿Quién sería el primero? ¿El más alto, o más bajo?
Jamás desde hace mucho tiempo me había sentido tan vivo como en ese momento he cambiado el cuchillo por un arma, es mucho mejor compinche al poner en práctica su maravilloso propósito.
Pero escuche gritos afuera y volví la mirada hacia la puerta, sin embargo ese error me pudo haber costado el momento, ¡Claro! Resulto siendo al revés. Uno de ellos dio un movimiento en falso lo cual lo líquido vi exactamente como venía en mi dirección, no dejándome otro remedio más que disparan justamente en la cabeza, el sujeto numero dos corrió con la misma suerte, sin remediar ni una palabra hice penetrar otra bala en su pecho
A pesar de que esa bala en “Pecho” encajo perfecto aun seguía vivo, me limite los pasos acercándome a él, mi posición desde su cabeza hasta la mía era asombrosa, la sangre le salía por el orificio, probablemente estaba agonizando, me di la libertada de agacharme para deleitar mejor su rostro de sufrimiento ¡No dije nada! Pase la mano derecha en la herida y probé la sangre ¡Sabia Excelente! Pero no había oportunidad para seguir perdiendo mas el tiempo. Coloque el arma directo en la cabeza del señor y acabe con su sufrimiento a quemarropa.
Me aparte y demore por lo menos diez segundos en pensar concretamente. La meta era encendiera el edificio, tenía ya tanto meses planeando ese atentado. La oportunidad al fin se había presentado y comenzado, el siguiente punto en la lista era salir. Sin embargo antes de abrir la puerta una voz se deslizo por él pálpito consecuente de mi cerebro.
-¿Qué has hecho? –Pregunto- Evidentemente era Christina-
-vete, tengo asuntos que hacer –respondí-
-¿Por qué no me lo dijiste? –replico molesta-
-no tengo porque pasarte un informe de lo que pienso, por favor si no quieres que tenga piedras en el camino, vete, regresa luego si quieres, pero en este momento… Solo vete por favor
Uff la mujercita acato mi mandato ¡No la escuche más!
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