viernes, 13 de abril de 2012

Capitulo 11


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Althusius se buscaba las llaves por toda la ropa.
Entonces me escondí justo atrás de él al instante de entrar, no me veía pero no ignore como sintió la tención. Y el mal presentimiento no le permitió hacer ningún movimiento, elevo su mirada a los lados, se que podía sentir la presencia de alguien más ¡Claro la mía! No encendió el motor del vehículo estaba nada mas quieto, tampoco ...

se atrevía a mirar por el espejo retrovisor ¡Whooow que destino! Y para empeorar el caso la única luz del estacionamiento empezó a apagarse, me estaba alimentando de su miedo e impotencia. El sabía que había alguien o algo mas, se desplomaba de curiosidad. Es algo torturante no poder moverte sabiendo que en cualquier momento puede ocurrir lo inesperado. Y decidí dar el primer paso, puse suavemente mi mano en el hombro de aquel hombre. Al electrificarlo el contacto parpadeo asustado


- ¿Quién eres? -Pregunto nervioso-
-¿Por qué no mira por el espejo doctor? –Dije con una vos retadora-
-no necesito ver por el espejo –Emitió seguro- eres tu Bill ¿Qué quieres?
-¡Quiero jugar! ¡Vamos a jugar doctor será divertido! -Le susurre y reí-
-¿Qué haces aquí? ¿Qué quieres? –Pregunto con el mismo nerviosismo-
- ¡Hay no sea modesto!

Para demostrarle que no era broma saque la navaja y la pase en mis labios. Por fin levanto la vista y logro notarme a través del espejo. Su temor aumento la máximo


-Bill tranquilízate yo se que te sientes mal, pero no pierdas el control –Me pidió el doctor volviéndose del color de un papel-
-no me diga que hacer; le recuerdo que no soy mas su paciente, ja ¡Que curioso! Siento como que si nunca lo fui. Usted no me ayudo en N-A-D-A –Susurre desquiciado-
-Bill estas demasiado grave necesitas más que un psicólogo yo no puedo hacer nada en tu caso ¡Ya baja ese cuchillo por favor!
-no Dr. -Le grite y jale su cuello contra el asiento poniéndole la navaja-
-por favor en verdad tranquilízate no hagas nada de lo que te puedas arrepentir, todo tiene solución ¡Nada es imposible! No hagas algo impulsivo, de, déjame ayudarte-Tartamudeo- Si quieres puedo intentarlo una vez mas, tu no eres de esta manera ¡No te conviertas en escoria! No, no, no Bill
-¿Intentar volver a ayudarme? –Reí – no lo creo, usted es incapaz es un disfraz de médico y no me repita “Por favor” que no funcionara ¿Sabe? No me interesa nada ¡Ni la banda! La banda se acabado, pero ya no hablemos de eso, mejor empecemos a jugar
-Bill perderás todo si me matas y recuérdalo “tarde o temprano todo sale a luz” entonces irías a la cárcel –Me advirtió-
-si doctor tiene razón “todo sale a la luz” ¡Todo! Pero si eres un mediocre


Estaba aferrado nada podía detener ante el momento, ver su sangre era lo que desea. Esta noche a la luz saldría líquido rojo.
Manipule su reta guardia aun teniendo la navaja pegada al cuello, me quería prevenir de que no intentara hacer ningún movimiento para perjudicarme; de mi lado derecho había un cable negro ¡Exactamente lo que necesitaba! Entonces sin apartar los ojos de la victima agarre el lazo y sus manos para atarlas contra el respaldo del asiento.

-¿Por qué me atas? –Pregunto aterrorizado el doctor-
- ya le dije que quiero jugar –Respondí-
-¿Por qué haces esto? –Dijo decepcionado-
-acabo de matar al Bill que todos conocen ¡Ya tenia muchos años ocultando este deseo! Míreme –Grite- ¿Parezco Bill Kaulitz? No lo creo –Gruñí- de ahora en adelante hago lo que quiero, y a usted nadie lo necesita. No sirve absolutamente para nada. Esta solo, abandonado, no es tan buen psicólogo como desearía y lo ¡Sabe! nadie lo quiere ni su esposa que lo dejó, no tiene hijos, no tiene nada.
- ¡Cierra la boca! –Respondió- No tienes derecho a hablar sobre mi familia
- ¡Haaaa no me venga con derechos! Y ya dejemos de hablar tanto -Le dije, entonces le apreté el cuello con las manos-
-si me matas iras a la cárcel lo sabes –Exclamo con la voz sofocada-
-corrección –Respondí- solo si lo descubren ¡Por favor! No me crea tan bobo, sabré como ocultar un perfecto crimen


Cada segundo que pasaba el miedo de aquel sujeto crecía sabía que su corazón estaba al máximo, el no tener la capacidad de mover las manos y someterse el cuello al filo de la navaja, lo hacía temblar.
Lastimosamente soy incapaz de sentir compasión, lastima o dolor estoy completamente vacío no logro llorar por nada ni nadie, esa fue una de las causad por las que entre a la academia, allí todo era duro, pesado y brusco, pero me salí porque pensé que lo que tengo ahora era lo que quería. Hoy cada día me siento más un moustro insensible, la vida de este hombre no me importa, lo único que deseo es saciar mi sed de psicópata empedernido ¡Y el infierno sabe que oculte esa ansia durante años, pero llegue al límite!


-muy bien doctor ahora sí ¡Empecemos! De ante mano ¡Lo siento! Creo que quien se divertirá realmente seré yo –Dije-
-Bill analiza este hecho, aun puedo ayudarte, por favor no hagas una locura -Volvió a decir nervioso sin dejar de verme-
- ¡Entienda que no funcionara! Ya no me haga reír ¿Si? –Le pedí- lo que ve en mí ahora es solo introducción ¡Hay más! Y usted no lo podrá detener


Y el juego comenzó, planteaba una pregunta personal que tuviera un recuerdo doloroso y cada respuesta fallida que daba cortaba una parte de su cuerpo ¡Soy una maquina de tortura! Mas que nunca me declaro amar dañar a toda persona que no sea yo.

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